domingo, 22 de junio de 2008

Te juntas con cualquiera

Está  bien  que cualquiera pueda expresarse, e incluso aunque las opiniones sean contrapuestas, ¿Por qué no? ¿O es que siempre tengo que ir con los que opinan lo mismo que yo?

Un  compañero  me  comentó que en este equipo de la revista había gente muy dispar. Así es, disparidad de criterios disparidad de visiones. Todo bien. Fíjate  si no  en  Gallardón  y  Aguirre, piensan en la misma frecuencia y se llevan  a  matar.  También pasa, de modo que por qué no, gentes que pensamos cosas diferentes no nos podamos juntar.

Es  un  lío  eso de los bandos, sobre todo porque uno no sabe muy bien cómo llegó  ahí...las  más  de  las  veces  fueron las circunstancias las que me colocaron,  de modo que estoy en el bando de los hombres, o de las mujeres, en  el de los gays o lesbianas, en el bando rojo, o en el azul cuando no en  el  amarillo,  soy  currante  o empresario, y así siguiendo, en flin una aburridera. Qué os voy a contar que no sepáis.

Como si yo hubiera elegido ser hombre o mujer, negro o blanco. - No,  pero  usted  tiene  libertad  de elegir,.....¡ya! elijo si fumo rubio o negro,  y  a  veces  el  color  de la camisa que llevo, pero realmente ¿qué opciones me deja el sistema...?

Te   juntas  con  cualquiera  te  dicen cuando te ven hablando con alguien, a  este paso  voy  a  tener  que  ir con la cabeza agachada y mirando al suelo no vaya a ser que me señalen con el dedo. - ¡¡¡míra ese, se habla con cualquiera!!!

Pues  sí,  que narices, nos hablamos con cualquiera, con cualquiera que esté dispuesto a hablar y escuchar, aunque no estemos de acuerdo con él. Que  más  da,  tenemos  gente  a nuestro alrededor con la que no estamos en acuerdo  y  sin  embargo  les  extrañamos cuando no están.

Existen afectos más allá de las ideas  que  nos  acercan a la gente con la que "ideológicamente", si es que hoy se puede hablar de ideologías, no estamos en frecuencia.
Hay  otros  modos  de  estar  con  la gente, y no son precisamente desde la “opinión”,  eso  sí,  no andamos muy duchos en ellos, pero habrá que caminar.
¿No creéis?.


Fernando Montalbán

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