jueves, 24 de julio de 2008

¿Cómo tomar las decisiones? (II)


Hablábamos de la necesidad de establecer un método para tomar decisiones en conjunto, y de algunos de los requisitos (información, asesoramiento, participación, y realización de lo decidido) para que esas decisiones fueran posibles. También, que a mi juicio el mejor entorno de toma de decisiones son las asambleas.

Veamos el detalle de lo que es necesario para una buena toma de decisiones. Porque llegado el caso de, digamos, una huelga, yo afirmo lo contrario de lo planteado en estas mismas páginas por otro compañero: hacer esa huelga, decidida lícitamente por el conjunto de los trabajadores, no sólo es un derecho, sino que es un deber ético.

El primer requisito es la información, sin ella no se puede siquiera pensar coherentemente sobre nada. Es el alimento básico de nuestro entendimiento. La información ha de ser continua y generalizada. Debe articularse por escrito y de palabra, esto último para que cualquier persona que tenga dudas pueda resolverlas.

Así comienzan todos los procesos en que la representación sindical ve posible la necesidad de una movilización colectiva. Como podéis observar, mucho antes de plantear siquiera la posibilidad de un paro, se informa detalladamente de la problemática existente. Hay escritos del Comité y los distintos sindicatos, asambleas informativas en comedores, centros y turnos, etc. La información y la opinión fluyen masivamente. Incluso la Dirección suele informar y opinar públicamente en determinados casos, a la vez que aleccionan a la estructura de mando.

Cuando hay un problema grave, como últimamente el bloqueo de las Jubilaciones Parciales Anticipadas, es patente que hay información suficiente a todos los niveles. Por supuesto, peticiones de información, documentación o asambleas parciales, son atendidas por el Comité de Empresa en cuanto se puede. Los locales sindicales, las máquinas de café o los comedores, son sitios abiertos a cualquier pregunta y observación. Otro ejemplo son las negociaciones de convenio. Creo que nadie duda del esfuerzo de comunicación que se hace para mantener la comunicación al día, aunque no siempre se consiga.

Un escollo serio lo encontramos en la Dirección. De hecho, hace ya muchos años que el Comité viene proponiendo en la Comisión Paritaria (una de las más fundamentales en relación a derechos y normativa) que se publiquen los acuerdos. La Dirección dice que sí, pero no los publica.

No obstante, como representante sindical he de reconocer que me cuesta transmitir toda la información que tengo sobre temas que aparentemente no son críticos, pero que importan y afectan a muchos compañeros. Por ejemplo, la normativa de gestión de las bolsas de trabajo, tanto internas como externas. O los criterios en los procesos de selección. Porque cuando es un tema personal o de un colectivo determinado, interesados y comité están en continua relación para hacer lo que sea oportuno, pero en otras cosas no es tan fácil, aunque hay que intentarlo.

Me consta que la voluntad general de los representantes sindicales no es la ocultación de la información, como se ha llegado a sugerir en algún momento. A nadie se le niega una explicación ni un acta, ni del Comité ni de cualquiera de las comisiones en que se trabajan (cuando se dispone de ellas), salvaguardando los niveles de confidencialidad necesarios. Y si se decidiera publicar las actas de los Comités, creo que muchos estaríamos a favor.

Pero hace falta algo más para informar sistemáticamente de qué está sucediendo a nivel laboral en la Fábrica. De si un curso ha sido bueno o malo, de si la semana que viene se discute en Paritaria lo de las bolsas o lo de los concursos, o si el Comité de Salud Laboral ha hablado del amianto o del lavado de ropa. Las palabras claves son “información” y “sistemática”, porque opinión es otra cosa.

Dentro del Comité de Empresa de Madrid hemos notado el buen trabajo de comunicación interna que en estos años ha hecho el Secretario. Quizás sería un modelo a seguir. También podríamos montar una comisión de información. Hay que tener en cuenta que recopilar, dar forma (verbal o escrita) y distribuir los datos requiere un gran esfuerzo. Cualquiera de los implicados en esta misma revista puede dar cuenta de ello.

Para cerrar de momento el tema no puedo eludir la otra cara de la moneda. Es muy contraproducente que cuando se realicen actos informativos no asista casi nadie. Y que luego, los que no se han tomado la molestia de ir se quejen de que no están informados. Eso puede provocar que la información se distancie aun más, porque da a entender que lo que se hace no merece la pena, no sirve para nada. Para que la comunicación sea posible, no sólo se precisa el trabajo del emisor, sino también del receptor.

En cualquier caso conseguir una buena información es un reto ineludible, de solución necesaria y urgente, pues es la base para la participación.


Juan Antonio Aguilera

No hay comentarios: